jueves, 21 de junio de 2012

Que lindo sabernos soñando...

Me río nerviosa camino a mi trabajo, esa risa ansiosa, que viene desde la parte de arriba de la panza.
Hace varios días ya que en este punto del camino llego a entender lo que estoy viviendo.
Camino hacia mi trabajo y me doy cuenta de que cambié buscando una armonía compatible con lo que me pasa adentro.


Cambié un cuadrado de luz de 17 pulgadas por la luz que refleja todo este océano. Cambié una alfombra que te puede dejar embarazada por incontables granos de arena que saben arder y refrescar. Cambié tecnicismos y nombres ajenos en lenguas ajenas por la explicación real de el trabajo de mis manos reales para conseguir lo que se ve.
Cambié sillas incómodas por olas salvajes; un colectivo por mis pies; un "ta mañana" por "sigan pasándolo lindo"; un archivo digital, virtual, irreal por cientos de personas únicas, corpóreas, reales; siglas ridículas por nuevos modismos de otro dialecto.


Mi oficina es este lugar increíble,
mis herramientas los hilos y estas manos,
mi producto un objeto real distinto a cualquier otro, como todos nosotros,
mi aire el que me trae el mar,
mi casa todas las casas que me quieran prestar,
mi alimento el compartido,
mi anhelo sigue siendo el amor,
mi rutina el despertarme y hacer realidad mi sueño,
mi sed hacer latir lo real en el alma, elegir la vida que uno quiere tener. Pero no vale comprar formatos de sueños ajenos... hay que mirar para adentro y ELEGIR. 
Todos queremos cosas distintas, solo uno sabe qué?