sábado, 24 de marzo de 2012

24 de marzo de 2012

 Una noche, la noche fue más oscura. Los susurros se confundieron con los gritos, las manos se vaciaron bruscamente y los ojos se taparon con un gran velo de mentiras.
Algunas bocas se callaron con aires densos y aguas turbias, otras fueron echadas a palazos. Y de repente el país entero se quedó mudo.

El silencio tapó todas las ventanas, trancó todas las puertas, hubo fuga, hubo censura, hubo miedo.
Algunas voces comenzaron a incomodar, entonces las obligaron a callar, les callaron la boca. Así, junto al silencio y las ausencias, quedamos de pie frente al olvido.

Y cuando el corazón de nuestra libertad comenzaba a detenerse, un pulso volvió a latir. Un paso y otro más, tenue, pero incesante e incansable desde aquel silencio que sólo el grito de una madre no teme quebrar. Ellas no concibieron olvidar, ni siquiera en tiempos de amnesia obligatoria. Mientras sus pesados pasos latieron cada vez más fuerte en su plaza.

Hoy marchamos. Caminando los senderos que ellas trazaron por la memoria de sus hijos, de sus nietos. Y para que de una vez por todas, nunca más tengamos que decir Nunca Más.




martes, 6 de marzo de 2012

Agua del río viejo, llevate pronto este canto lejos
que está aclarando y vamos pescando para vivir.