miércoles, 25 de abril de 2012

Otoño


Duermo con el peso pesado sobre el cuerpo, envuelta en un montón de telas que me acarician suave al moverme.
Un sonido estridente me interrumpe los ojos pesados. Me muevo mecánicamente, de memoria, pero aún así torpe. 
Silencio.
Me refugio nuevamente entre las cobijas… mejor me siento.

Abro los ojos recordando cómo se hacía. Miro afuera, es de noche aún. Dos hojas bailan en mi balcón, sin poder evitarlo. Una luz se prende del oscuro edificio de enfrente, hay dos más no tan lejos.

En este momento no hay tiempo, la vida está detenida afuera y dentro. Intento inútilmente proyectar mi día… ¿qué día es? - Primero me tengo que levantar, digo en voz alta mientras permanezco sentada con los ojos cerrados.

El silbido del viento me recuerda que debo comenzar.
El tiempo de a poco comienza a andar.
Muy de a poco.


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